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lunes, 16 de enero de 2012

Empezamos bien (el 2012).

Según la piadosa conferencia episcopal iraní, toda la movida nuclear que han emprendido desde hace unos años no respondería, a pesar de las apariencias, a la clásica perra nuclear que suelen coger los países horteras del tercer mundo, cuando se empeñan en alcanzar un nivel de desarrollo de Occidente yendo por los atajos. Véase Corea del Norte o Siria hace unos años, por no hablar de los delirios de macaco de Venezuela.

Se trataría, al parecer, de conseguir el status de potencia nuclear, con el único propósito de disponer de los medios adecuados “para el tratamiento hospitalario del cáncer”.

Conmovedor.

Y…¿qué demonios deberíamos saber nosotros, respecto de la tecnología nuclear, para hacernos una idea de la naturaleza y la dimensión de este conflicto, cuando en medios cercanos a él se está hablando ya de unas consecuencias militares cuya probabilidad de ser puestas en marcha está mucho más próxima en el tiempo de lo que el público en general se imagina, una vez que los barbudos clérigos han traspasado la primera de la dos líneas rojas definidas por el Secretario de Estado americano Léon Panetta?

Pues para empezar son los propios iraníes, a través del diario “Kayan” próximo a la junta teocrática, quienes han anunciado la puesta en marcha de una fábrica escondida debajo de una montaña, para protegerla de posibles ataques aéreos, y en la que los ayatollahs esperan incrementar la concentración de una parte de sus reservas de uranio, haciéndola pasar de un 3,5 % a un 20 %, para acabar llegando al 90% de pureza, que es el que se precisa para fabricar un arma atómica. Debemos tener en cuenta que la dificultad técnica mayor del enriquecimiento se sitúa en torno al 20%. El resto del proceso no presenta dificultades mayores, pudiendo ser culminado en un plazo de meses.

En realidad lo que acaban de hacer estos iluminados sacerdotes es anunciarnos el arranque de 3000 centrifugadoras bajo el monte Fodow, que aún en el supuesto de que trabajasen sin incidentes, nunca tendrían la capacidad alcanzar la cantidad de combustible necesario para un reactor nuclear civil, pero sí producirían la cantidad necesaria para fabricar bombas nucleares. Si a eso añadimos que la pureza necesaria del combustible destinado a fines terapéuticos no rebasa el 3,5 %, ya tenemos los datos necesarios para hacernos una idea de las intenciones de estos cándidos curitas.

Naturalmente, el que todos nosotros podamos estar al tanto de estos detalles debe conducirnos a considerar que las cosas ni suelen estar tan claras, en principio, cuando se trata de la posibilidad de encender una mecha en el polvorín de Oriente Medio, ni los protagonistas son un coro de hermanitas de la caridad.

¿Pueden estar los clérigos chiís soltando un globo sonda para medir el grado de determinación de los USA, y asimismo el nivel de controversia que podría surgir entre los aliados , o incluso con terceros como Rusia o China? Tal vez. Su astucia ya engañó a dos presidentes americanos que salieron con el trasero escocido.

También, y simultáneamente, podrían estar anunciando una etapa técnica conocida como “pasivación”, y que consiste en cebar las centrifugadoras con material nuclear para prepararlas para una posterior función de enriquecimiento. Operación que no encierra una prueba de falsedad en las intenciones, y que dejaría sin justificación un posible ataque preventivo. O sea la carnada en el anzuelo.

Pueden estar llevando a cabo un test de las intenciones de Panetta, cuando este afirma que: ”Si Irán emprende el desarrollo del arma nuclear los EEUU golpearan con fuerza”. Y refiriéndose en concreto al asunto del monte Fodow : “Si efectúan ese paso, serán frenados en seco”.

Khamenei, el presidente de la conferencia episcopal chií, está evidentemente jugando con fuego. Pero sabe que mientras esa operación no sea confirmada por los occidentales estos se contentarán con las presiones financieras y otras sanciones, antes de dejarles caer encima el fuego de Sodoma y Gomorrah.

La cuestión pues es saber si los gobiernos aliados saben actualmente con certeza que es lo que se está cocinando en el fondo de esa montaña. Yo, estoy convencido de que ya lo saben.

La cosa pinta mal. Pinta muy mal, si tenemos en cuenta la opinión de un antiguo patrón del Mossad, Danny Yatom, que tiene un carácter bastante templado y partidario de agotar todas las vías antes de echar mano del garrote, según quien le conoce, y a pesar de ello, parece ser de la opinión de que, en este caso, los dados ya se han lanzado.

Según este veterano espía, varios países están dando un tratamiento diverso a esta crisis. Desde aquellos que aplican sanciones, hasta los que lanzan operaciones clandestinas. Véase el atentado en el que pereció el científico Mostafa Ahmadí Roshan hace unos días. Todo ello le lleva a la conclusión de que no habrá otra opción para el mundo civilizado que el ataque preventivo.

En el caso de que no se tenga la certeza de que Irán ha traspasado la segunda línea roja, se pondrán en marcha otras sanciones como la de obligar a la práctica totalidad de las refinerías del mundo a rechazar el crudo iraní para su tratamiento. Esto obedece a la decisión adoptada por Washington el pasado 31 de diciembre en virtud de cuyo decreto se estipula que cualquier entidad que comercie con la banca central iraní será excluida del sistema financiero US. Teniendo en cuenta que ninguna refinería puede funcionar fuera de ese sistema esté donde esté, los iranís lo tienen claro.

Esta medida pondría término a un negocio de entre 450 000 y 600 000 barriles diarios entre Teherán y la Unión Europea, por ejemplo. Seguramente los eternos oportunistas y otros pescadores de aguas turbulentas estarán afilando sus cuchillos ante el suculento negocio que puede suponer comprarle el crudo a ese sujeto con cara de solitaria que es el tal Ahmadinejad, a un 50% de su valor de mercado, para revenderlo a su precio justo 24 horas después.

Solo China, le compra crudo por valor del 60% del PIB iraní, y lleva meses sin comprarle un barril a fin de apretarles el discount que los ayatolhas le conceden. Imaginaros la pasta que puede sacar el gigante asiático sobre los 600 000 barriles/día que suele comprarles; aun sabiendo que el chollo puede acabarse de forma abrupta de un día para otro.

Todo esto constituye un conjunto de datos que no tranquilizan mucho ¿verdad? Sobre todo si se les pone dentro de la ensaladera de la crisis actual. Pero tal vez nos sirva para enterarnos de una vez, aunque sea a las bravas, de que vivimos codeándonos con una panda de rufianes y macarras internacionales y de que a fuerza de convivir con ellos acabamos por acostumbrarnos a todo, y luego pasa lo que ya pasó más de una vez..

¿No aprenderemos nunca?

1 comentario:

  1. Nadie puede evitar que otros países, incluido España, se doten de armas atómicas. De hecho, España se lo planteó en su día, en vida del Invicto. Lo inquietante es que acceda al poder atómico un régimen como el iraní que convoca Congresos de revisionistas del Holocausto y cosas así. El papel del régimen iraní y si me apuras de la morisma en general está en garantizar un estado de miedo lógico y razonable que justifique ventas de armas masivas y el mantenimiento de grupos de criminales organizados que llamamos "servicios de información". Los amigos de Bush, los que se hicieron multimillonarios en Irak, le rezan todos los días a Dios pidiéndole un nuevo Bin Ladilla. Aquí son las compañías de servicios de seguridad las que rezan para que la Justicia siga siendo lo que es y que ETA por favor, por Dios, siga matando, y así venderemos coches blindados y pondremos a miles de seguratas por todas partes...

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