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martes, 15 de marzo de 2011

Malas noticias

Lunes 14 de Marzo de 2011. Paso de Kerem Shalom, en la Banda de Gaza. 214 camiones cargados de bienes de consumo, gasolina y fuel-oil han sido entregados a los palestinos por Israel.

Dos días antes, el sábado 12 de Marzo de 2011, una o varias bestias inmundas llevaron a cabo una masacre que nos recuerda, a los que tenemos la suficiente edad, a la perpretada por la llamada “hermandad” de Charles Manson en la casa del director de cine Román Polanski, pero llevada a cabo esta vez contra una familia judía en Intamar, cerca de la localidad cisjordana de Naplusa.

Estas dos noticias procedentes del mismo escenario, deberían ser lo suficientemente elocuentes, dispuestas por orden cronológico, para tener una idea cabal de lo que está sucediendo en realidad en el llamado conflicto palestino-israelí.

Pero estas noticias solo están al alcance de aquellos para quienes la existencia del estado de Israel forma parte de las prioridades esenciales de su propia seguridad, y procuran mantener al día su información relativa a esa area geográfica. Y lo están porque visitan los medios que la Red les proporciona, afortunadamente. Porque si confíasen sus conocimientos a lo que los medios nacionales les proporcionan, se mantendrían en el limbo informativo en el que, como peces rojos en una exigua pecera, bogan en círculos la mayoría de nuestros conciudadanos.

Bueno, en realidad eso no es del todo exacto. Lo cierto es que cuando las noticias hacen referencia a sujetos del lado de los “buenos”, o sea de los palestinos, el seguimiento y el nivel de datos aportados aumenta exponencialmente. No hay más que analizar el tenor de las referencias que acerca de este caso se han publicado en las escasas páginas escritas que se le han dedicado.

En ellas se ha cuidado muy bien de no utilizar la expresión “familia de judíos”. No. Lo “correcto” es denominarla “familia de colonos judíos”. Ya se sabe, “colono” es el sustantivo del que se deriva el verbo “colonizar”. Y de este, Iósif Vissiarionovich Dzhugashvili más conocido por Stalin, extrajo el concepto de la “forma superior del capitalismo”, denominada por él imperialismo, ejercido por las potencias “colonialistas”.

Una vez acabada la guerra fría, con el apolillamiento del muro de Berlín, la semilla anticolonialista, que había germinado en los países arruinados por el sistema comunista, siguió permitiendo a los sátrapas de turno mantener la zanahoria del “anticolonialismo” delante de los ojos de unos pueblos aleccionados desde su nacimiento en el odio y el nihilismo, mientras que la propaganda difundida entre los círculos burgueses izquierdistas de occidente proporcionaba la cantidad indispensable de tontos útiles dentro de los países adversarios.

Así vemos desde hace años que el conflicto derivado de la existencia del estado de Israel es tratado en nuestros civilizados países como la sumisión del pueblo palestino a un pueblo arrogante y dominador que ejecuta una política de terror sobre él, y del que se nos ofrecen pruebas periodísticas totalmente “manufacturadas” por empresas especializadas, a las que no se les exije la más mínima garantía de su veracidad.

Esto da lugar, a veces, a sonrrojantes consecuencias como fue el caso del ”fusilamiento” a sangre fría de un niño y su padre por parte de las tropas israelíes. Filmado en directo por un operador palestino que, como por casualidad, estaba presente en pleno tiroteo, el fabuloso scoop fue desmontado pieza a pieza por un periodista francés, que ha llevado ante los tribunales nada menos que al director de la 2ª cadena de la televisión pública francesa, que lo había comprado y difundido, declarando que puede demostrar que las “victimas” gozan hoy en día de una excelente salud.

Pese a todo, hasta ahora ni siquiera las mentes atormentadas de estos bárbaros, educados en el mito del “Complot Universal Sionista”, han podido construir una falacia en la que supuestos asesinos de niños (mito recurrente, por otra parte, en la leyenda secular del los judeófobos), hayan planeado y ejecutado el asesinato de una pareja joven y sus niños mientras dormían.

Una vez más los medios de comunicación occidentales han actuado según el guión previsto. En el caso actual, se ha instalado un silencio ensordecedor. Titular a tres columnas en las páginas de internacional, perdido en el mar de las manifestaciones de Libia.

¿Alguna reflexión sobre los sórdidos detalles de la matanza? ¿Alguien se preguntó qué puede pasarle por la mente al asesino de un bebé dormido de tres meses, mientras le secciona el cuello? ¿Le haría recordar los degollamientos de los corderos y otros animales que forman parte del espectáculo cotidiano de su vida, desde su más tierna infancia? ¿Algún periodista se preguntó que plan tenía en su desquiciada cabeza, ya que entró primero en una casa de la que estaban ausentes sus propietarios, penetrando a continuación en la de la familia Fogel? Y, cuando se encontró a tres niños durmiendo tranquilamente, ¿se sorprendió y pensó durante un instante qué hacer? ¿o bien el único plan era acuchillar y degollar a cualquier ser humano que se encontrase en su camino?

Nada. Ni siquiera un comentario sobre la catadura moral de ese monstruo que, una vez que se hartó de apuñalar a un bebé que dormía en los brazos de su padre, a su madre y a dos de sus pequeños hermanos, corrío a refugiarse en los brazos de sus hermanos de Hamás.

Al día siguiente, Hamás anunció la hazaña y repartió por las calles de Gaza dulces y caramelos, como es habitual cada vez que se celebra una “heroica victoria” similar.

También lo hicieron, y aquí nadie lo publicó, el 12 de Marzo de 2004. ¿Os acordais?

A los que imaginan el Islam como una senda de perfeccionamiento y serenidad interior, al estilo de los ashram hindús, les recomiendo que se den prisa en despertar e imaginar unos barbudos para quienes la muerte no es un mal asunto porque la vida de verdad comienza después, y que son capaces de inspirar u ordenar las mayores atrocidades en nombre de Mahoma y sus delirios.

Creo que estos días debemos concentrar toda nuestra compasión en un pueblo, el japonés, que lucha por recuperarse del furor de la naturaleza; por unos ciudadanos libios que se enfrentan a la arbitrariedad y la injusticia y por las víctimas inocentes de la barbarie, como los tres hijos supervivientes de la familia Fogel, para quienes el futuro se quebró a manos de un ser que no merece el adjetivo de humano.

1 comentario:

  1. Tienes toda la razón, tocayo. Añadiré que las víctimas nunca han interesado a nadie. Anda que no costó a la AVT conseguir un reconocimiento oficial por parte de unas autoriades que miraban para otra parte, aplicándose el viejo cuento español "El muerto al hoyo y el vivo al bollo"... Normalmente en temas de horrores, no tenemos que ir a buscar al extranjero, recuerdo los niños de la casa cuartel de Zaragoza o del Hipercor reducidos a mermelada por los valientes gudarris de los que están enamorados tantos vascos, etc. Y no te digo si hablamos de la Guerra Civil...

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