.

.

jueves, 21 de abril de 2011

Ateos : 4 – Demás: 0

En el breve plazo de un resfriado han llegado hasta mi apeadero un aluvión de referencias a lo que no sé si calificar como una “furiosa ofensiva librepensadora”, dada su cantidad. Su cantidad sí, porque lo cierto es que de densidad andan todas ellas más bien escasas. Y en cuanto a su identificación librepensadora responde a un cierto exceso léxico, ya que, además de que la libertad no parece figurar entre sus más urgentes prioridades, lo de pensar parece constituir, así mismo, un pasatiempo marginal para sus autores. En el mejor de los casos.

He llevado a cabo una selección que sintetiza el fenómeno, tratando de subrayar el carácter ecuménico (nunca mejor dicho) de la tendencia. Y no vayais a ofenderme ahora coligiendo que puedo estar sugiriendo la idea de un complot u otra maquinación de las fuerzas del mal. No, no. Nada de eso. Esto es como todo. Una moda. Una de esas manifestaciones propias de la masa.

Acordaos de lo ya os he comentado de la masa. La masa “no piensa”. Los componentes de la masa ingresan en ella justamente para desactivar la cabeza. La masa solo “siente”. Para, así, no equivocarse nunca. No se tienen noticias de sentimientos “erroneos”. Y esos sentimientos, las emociones, se manifiestan mediante “ritos colectivos”: las modas. Que son aglutinantes–identificadores del conjunto, que sirven para reconocerse. Los colegas. Los que antes se llamaban camaradas. Es el territorio del logotipo, que es un slogan visual. Del brazalete, o la pañoleta palestina. O el tatoo. O la anilla de becerro en la nariz… es el espacio del uniforme, que no viste al cuerpo. Que abriga, sobre todo, al espíritu aterido de soledad. La masa es el refugio de quienes no soportan estar solos. De quienes no “se” soportan, a secas.

Pero la masa es de naturaleza dinámica. Va en bicicleta. Si se para se cae. Y para estar en “movimiento” necesita una dirección (¡movimiento!¡qué maravilla! nunca me acostumbraré a la mágia de las palabras… ¿os dice algo “la movilización de las masas”?) Una dirección presupone, además, aunque solo sea de ofico, un propósito o una misión. Y una misión, para que sea motivante, necesita, a su vez, unos ciertos requisitos.

Por ejemplo, un enemigo para lincharlo. Alguien o algo que suponga un obstáculo en la inexorable marcha hacia donde sea que se haya señalado el rumbo. En el caso que nos ocupa: hacia la imposición urbe et orbe del ateismo; de la supuesta condición de “librepensador”. Una de las prácticas más comunes de estas sectas manipuladoras consiste en el secuestro y apropiación de denominaciones como “librepensador". Los detentadores del copyrigth de este término estoy convencido de que se hubiesen apuntado a la secta del Ku–Klux–Klan, antes de tolerar el insensato final que el destino tenía reservado para su invento. Los promotores de estos circos cuentan para llevarlos a cabo con pleno éxito, con el proverbial analfabetismo imperante entre su público, y con el suyo propio, que les permite convencerse, incluso, de que son los inventores de la vaina.

El actual sunami ateo de nuestra pecera religiosa, trata todos los días de asaltar nuevas posiciones mal o nada defendidas, con el éxito que suelen tener entre nosotros cualquier manifestación con ínfulas de ironía, o pretendido humor fino como la lija del 4, que se cebe con alguna víctima. Indefensa a poder ser…¡porque es mucho más gracioso, a dónde vas a parar! y ya, si se trata de la Religión y sus fieles, ¡ni te digo! puede llegar a ser el descojone total…

Y aquí llegamos a la cuestión. Lo que os voy a contar a continuación debe ser leído teniendo en cuenta que yo soy agnóstico y de que las procesiones de Semana Santa suelen cogerme siempre, como por casualidad, haciendo Wind Surfing, con lo que mi cultura e interés por las mismas podemos considerarlos muy marginales. Que Dios me perdone.

He recibido estos días un mail de un viejo amigo, que suele hacerme comentarios progres, aunque tratándo de situarse siempre “au dessus de la mêlée”, conocedor de mis escasas simpatías por mís antiguos cómplices de la planicie encefalográfica. Y dice así:

“El profesor de la UMA, José María Hinojosa, está preparando una tesis doctoral que va a revolucionar el mundo de la Ciencia, permitiendo a los costaleros de la Semana Santa Malagueña entrar en los anales del conocimiento científico. Para llegar a conclusiones necesariamente contrastadas, ya en 2009 y 2010, a algunos costaleros elegidos les fueron instalados pulsómetros y GPS para conocer las pulsaciones a lo largo de sus trayectorias, así como la ubicación exacta debajo del trono respecto al callejero de la ciudad. Este año como novedad, para medir su resistencia, el profesor Hinojosa y su compañero Aurelio Díaz realizarán análisis de orina y de ácido láctico en varios puntos del recorrido. Lo que no han manifestado a la redacción del diario “Qué”, es como lo van a llevar a cabo, si sobre la marcha caminando junto a los costaleros debajo del trono, provistos de embudos, tubos y envases herméticos, o en las paradas. Tampoco han indicado de que forma y de dónde extraerán el ácido láctico a los sufridos porteadores, alguno de los cuales van a ciegas -como se refleja en una fotografía-, con un pañuelo negro cubriéndoles los ojos. “Un hombre de trono, sufre lo mismo que un ciclista”, ha afirmado Hinojosa a partir de las conclusiones de su estudio. Aunque no ha explicitado si ese ciclista, estaba subiendo al Tourmalet o realizando una contrareloj. Según otro estudio realizado por el Hospital Quirón de Málaga, centro especializado en estos trances, un costalero medio necesita al menos 5 días para recuperarse.”

Deduzco del texto que es una información redactada y publicada por esa especie de papel de envolver pescado, distribuído gratuitamente entre la planta baja de la masa, y que se denomina nada menos que “Qué”. El suculento ingenio que destila en su sutil ironía no apunta con tiro tenso contra los “pasos” de la procesíon, no; sino que, cuidadoso con los potenciales lectores creyentes que podría perder, dispara por elevación presentando a unos doctores, sobre cuyos experimentos, de ser ciertos, me guardo la opinión, como figuras ridículas dentro un “totum” delirante e histriónico: las procesiones. Ellas constituyen el verdadero objetivo de la sarcástica agresión. Y a mí amigo, esta ocurrencia le parece digna de ser remitida a sus amistades. Vale. Pero yo que lo conozco, sé que posee el suficiente talento como para no reirse ni de esto ni de los bodrios de Santiago Segura. Así que enviarlo… no sé… es como una ceremonia de refresco de viejas convicciones de antiguo combatiente, algo así como “hey mate! I’m still right here ah! Patético.

Pero, como diría mi viejo amigo Alfredo “Chocolate” Armenteros, ¡Sigue el bochinche, cumpay!

Alma López “artista” californiana de origen chicano, y vecina de Santa Mónica, feminista y progresista como suelen ser todos los protegidos de la burguesía bohèmia e influyente de la Costa Oeste, y financiada por toda esa retahila de organismos estatales que aún no han consiguido arruinar del todo al gran estado del Pacífico, ha llevado a cabo la “blasfémia artística” del momento. Ha colgado en el Oakland Museum, hasta el 29 de Mayo, un collage artistico titulado “Our Lady”, al que la prensa ha calificado con prudencia como “controvertido”. La controversia, al parecer, viene de largo, ya que en el 2001 la obra fué obligada ha ser retirada de un museo de Santa Fé (NuevoMéxico) por las autoridades católicas. Se trata de una versión sicalíptica de la Virgen de Guadalupe. (foto)

Y, como el arte y la maldad no descansan, en Avignon unos superfieles, neologísmo que acabo de inventarme para designar a cierta especie de fieles católicos que suelen traspasar los límites sensatos de la indignación, y tomar medidas ejecutivas más propias de otras épocas, felizmente superadas, se han liado la manta a la cabeza, o al lugar donde deberían tenerla, y han destruido una “obra de arte” titulada “Pisse Christ”, de un artista americano llamado Andrés Serrano.

¡Mira tú que no podía llamarse John Smith, el nota! ¡Pues no! Andrés Serrano. Y digo yo, ¿será significativo que traíga aquí dos ejemplos de algo que no me hace maldita la gracia, y que tengan que ser protagonizados por dos “artistas americanos” con apellidos típicos de honrados mueblistas o fotograbadores de la Mancha?

Bueno, la cuestión es que en el caso de Avignon, concurren otros detalles que justifican, a mi juício, su presencia en este rincón de maledicencia. Veamos; para empezar describiré la “obra”. Se trata de un pequeño crucifijo de aspecto banal, introducido en una especie de vaso de sidra, que se rellenó a continuación con la orina del autor de la creación (con minúscula). Se realizó una foto de la obra, y ese soporte fotográfico constituyó la obra terminada.(foto) Llegados a este punto se escogió la Galerie Lambert de la Cité des Papes como escenario digno de su exhibición, y se gestionó con éxito la financiación de dicha exposición por la LVMH, holding propiedad de M. Bernard Arnault.

El tal M. Arnault, dueño de las suntuosas burbujas de Moët Chandon, los calzos Guzzi, las chalinas Hermés, los bolsos Louis Wuitton y las mochilas Loewe, este Lorenzo de Médicis del siglo XXI digo, tuvo la ocurrencia de denunciar el escándalo de una supuesta censura religiosa, instigada por el arzobispo de Avignon, Mgr. Cattenoz, que pretendía nada menos que perpetrar el “sacrilegio” de la retirada de una “obra mayor del arte contemporáneo”; o sea el citado ”Pisse Christ”. Y todo esto, promovido por alguien cuya divisa comercial le presenta como el: “Embajador del arte de vivir occidental, en aquello que tiene de más refinado”. Sin comentarios.

Naturalmente no podríamos cerrar este refrito sin mencionar el intento de celebrar la cabalgata del “Dia del Orgullo Ateo”, que en forma de parodia de una procesión de Semana Santa, se desarrollaría simultaneamente a las demás procesiones el Jueves y Viernes Santos por el centro de Madrid. Ha faltado un pelo para que consiguieran la autorización de la Delegación del Gobierno, o sea del Ministerio del Interior, para llevarla a cabo. Tan seguros estaban de que la juerga se iba a armar, que empezaron a calentar el ambiente, días antes de que estallase el asunto en la prensa, exhibiendo programas del recorrido en los que, en la parada fundamental del viacrucis, se rendiría sentido homenaje a aquellos “heroes” que llevaron a cabo la “hazaña” de quemar la primera iglesia, en Mayo de 1931. Falla mayor con la que celebraron la proclamación de la Segunda República. La “estación” del viacrucis se realizaría ante la misma iglesia reconstruida. No aclaraban si se pretendía terminar la faena de sus gloriosos antecesores, con una nueva y definitiva pira.

Pero, por si no fuera suficiente esta declaración como prueba irrefutable del ánimo ofensivo y militante de la estrafalaria convocatoria, uno de sus responsables no tuvo el menor inconveniente en declarar abiertamente a un periodista que el propósito de la mascarada era el de agredir e inflingir todo el daño posible a los fieles de la Iglesia Católica.

Bueno amiguitos, tal vez porque la época es propicia, me ha tocado de nuevo ejercer de “oxímoron” moral. Y por lo tanto de descreído defensor de creyentes, para denunciar estos comportamientos a los que a veces tengo la tentación de considerar “paradógicamente necesarios”. Sí, sí… Como suena. Males menores. Válvulas de depresión. Lo digo, porque toda la violencia y el odio que veo encerrados tras estos gestos grotescos, que, en realidad, ocultan en su siempre desmesurada caricatura la gravedad de una enfermedad mental colectiva, me da mucho miedo. Y acabo por pensar que, aunque me repugne decirlo, si tengo que escoger entre lo malo y lo peor…,casi prefiero morir, a perder la vida.

¿O era al revés?

1 comentario:

  1. El problema no es tanto un debate entre ateos y creyentes sino sobre el respeto. Hay ateos que no se meten con nadie y carlistones que quemaban biblias protestantes cantando "Fuera fuera, protestantes, fuera, fuera, de la nacion que queremos ser amantes del sagrado corazon". Como LVMH no rectifique "Yo no he sido" me veo organizando un boicot a sus productos. Ahorrare una pasta.

    ResponderEliminar